Todavía dudo acerca de cómo llamar a estas crónicas que me
dispongo a relatar: Crónicas del desasosiego, de un verano incierto, del más de
lo mismo, del a mal tiempo buena cara, de…
El caso es que llevo días en posición y predisposición
escribidora, más bien mentalmente, soltando un poco de toda la metralla que me
carcome por los adentros. A saber, mezcla de dolor, de angustia, llanto y
quebranto. Aderezado con miedo, rabia, impotencia, tristeza y… ¡qué sé yo qué
más! Aquí voy a poner unas fotos costeras, que el mar siempre relaja.
Dentro de dos lunes estaré presentando mis credenciales para el
nuevo curso escolar, un “dejá vu” que
viene durando desde el curso 1981-1982. Veré a mis compas, a los de siempre, a
los nuevos… casi todos con caras de relajo, piel tersa y coloreada, ojos vivos
y sonrisas a diestro y siniestro, con añoranza por el descanso, por los lugares
de siempre o de ensueño visitados en estos dos meses de más que bien ganado
asueto.
Menos mal que entre mis muchos defectos no está el de la
envidia, porque sino… ¡marciana parecería, por lo de ponerse verde! Yo
transitando como buenamente puedo día tras día, sin saber ya cuándo dejé de
contar los años por años, los meses por meses, las semanas por semanas y los
días por días… y el resto disfrutando. Así que volveré más agotada si cabe,
arrastrando mucho tipo de lastre. Espero poder ir soltando algo aunque sea en
momentos puntuales. Ya lo dice el refrán: “No
hay mal que cien años dure, ni cuerpo que lo aguante”.
No crean que cuento esto para dar pena ni nada por el
estilo, ¡no! Soy como los gatos y otros animalillos, que se lamen sus propias
heridas despacito y con mucha paciencia. Escribo porque necesito hacerlo, para
mí es necesario, es una válvula de escape. Además de sano ejercicio, también
practico la escritura automática a la vez que desnudo mis sentimientos,
salpicados con situaciones más atractivas…
Julio fue un mes rápido, pasó casi sin enterarme, entre idas y
venidas a la escuela a principios de mes, entre paseos con la madre, entre
aderezos varios de una y otra casa, entre que si ordeno y no ordeno, entre que
qué calor Dios mío, así no hay quien aguante… esperaba yo que llegaran mis
poquitos días de descanso para compartir con mi don Gato… Pero, héte aquí, que
al segundo día de nuestro recién empezado periplo, la señora madre se nos pone
mala y tuve que volverme para el Botxo
a toda pastilla, dejando al pobre felino plantado, anulando reservas y…
Y aquí andamos, bueno, malamente andamos, la verdad, que la cosa
ha ido del asunto locomotor, así que mucha paciencia (de esa me sobra, pero…).
Un fin de semana de tres días en el Foro,
con una escapada a Pedraza en la
provincia de Segovia, pueblo de
piedra, bonito de verdad, y los dos días de Asturias, en la zona de Langreo
y Avilés, la Asturias verde y
minera, antes del naufragio… eso es lo que puedo añadir a mi ruta vacacional.
Aquí también he de apuntar que como voy cual moto de GP1 (¿se
dice así, son esas las de mayor cilindrada…?), pues todo tipo de accidentes tecnológicos
y tal y tal, se me dan, vamos, divinamente bien. No sé si comenté que hace dos
meses exactos tuve uno de esos percances acuáticos con el móvil… bien, pues
hace un par de semanas, más de lo mismo, y además en las mismas condiciones,
chof, ¡suicidio del celular en la taza del wáter!
Imaginarán ustedes mi
impotencia, mi… mi no sé qué. Un desastre, así no se puede ir por la vida, y yo
ya estoy llegando al límite de velocidad permitida. Habrá que hacer algo. Sí.
Me han prestado un móvil mientras pienso si gastarme los cuartos
en uno nuevo, que tendré que hacerlo pues ya no entro dentro de los parámetros
de móvil nuevo sin pagar un chavo… ¿No me digan que no es para estar rabiosa?
En fin, pero como eso no es lo más importante de la vida, de mi vida al menos,
dejemos que fluya, que fluya, que fluya…
Más arriba decía yo lo de “dentro de dos lunes…”, ¡jajajaja, dos
lunes! Hoy es 28, o sea, el lunes que viene, dentro de cuatro días. Y caput, c’est fini! Hasta estas crónicas
se han quedado aparcadas unos días desde que empecé a escribirlas.
Miro a través de la ventana, con unos cristales recién
limpios y veo que una lluvia fina, nuestro querido sirimiri, ha hecho presencia hoy por
el Botxo, fastidiando a casi todo el
mundo, que también hay que decirlo. Mi montecito de enfrente ha desaparecido tras una cortina de bruma
blanquecina y húmeda. ¡Y pensar que estos días hemos estado ardiendo literalmente, con un
cielo hermoso y azul, con un sol castigador! No es una tarde propicia para las
alegrías. Habrá que dar la luz mucho antes, y eso… eso lo llevo muy malamente,
de verdad.
¿Y ustedes qué tal andan de lecturas veraniegas? Es que yo ando
con mi libro de Atxaga, el de “Días
de Nevada”, de un sitio a otro, y como el tiempo me falta, cuando
consigo sentarme un momento, el cansancio se apodera de mí, y caigo en brazos
del amigo Morfeo sin darme cuenta. ¡Ya ven, y con lo que me está interesando el libro!
No obstante, en mi último fin de semana en Madrid, en el viaje,
ida y vuelta, di buena cuenta del último libro (al menos el último de él que yo
tengo) de mi querido Murakami: “Los
años de peregrinación del chico sin color”. Me gustó muchísimo, a pesar
de la tristeza que rezuma, pero eso ya lo sé, lo de la tristeza, cada vez que me sumerjo en una historia
murakamiana (¿o será murakaminiana?). Sea como sea, Murakami siempre me hace viajar a unas vidas distintas pero tan
iguales en el fondo, en los sentimientos más de verdad, en los miedos, en las
soledades…
Y ayer me compré un libro de la editorial Nørdicalibros, una de mis favoritas. Sus ilustrados tienen una
categoría… Pues bien, Juan José Millás
ha escritos catorce relatos cortos, bastante cortos, diríase que microrrelatos,
sobre las infidelidades, los adulterios. ”Infieles y adulterados” Cuentos de
adulterio, que así se titula el libro, es una recopilación de catorce
historias, todas iguales, pero todas distintas (vaya novedad, dirán ustedes,
pero no, no es así, tiene algo muy peculiar, tendrían que leerlo), donde
Millás, se hace acompañar por catorce ilustradores españoles, también muy
diferentes en estilo, pero iguales en calidad. Se lee de un tirón. Y se quedan
las ganas de leerlo cuantas veces se quiera. Se puede. De hecho yo ya estoy
releyendo algunos de esos cuentos, esta vez al azar, abro el libro, y el que
caiga. Ayer lo hice siguiendo un orden, el establecido por el autor o el editor
o…
Sigue el sirimiri fastidiando mis cristales, ¡mekatxis! Pero no me voy a amilanar, voy
a sacar a la palestra estas Crónicas inciertas. Dejaré alguna que otra foto de
esos lugares que fuera de mi entorno habitual he visitado muy a la carrera, y
lamentaré mi mala estrella con lo del móvil, pues también he perdido un montón
de preciosas fotos que estaban albergadas en la memoria del susodicho. ¡Porca miseria!
Pero bueno, dejémonos de lamentos. Estamos vivos y eso es lo que
importa, así que seguiremos tirando del carro.
Que sus veranos hayan sido reparadores y dignos de recordar por
lo bueno y extraordinario. Y que la vuelta a la rutina sea leve.
Fotos:
Antonio y Edurne. Manipulaciones fotográficas, escaneado libros y hoja calendario: Edurne. Imágenes Bernardo Atxaga, mujer con muletas, cancelación, tira de Mafalda y móvil en el agua: Internet
10 comentarios:
Bueno, lo que dices, al mal tiempo... Qué le vas a hacer. Preciosas las fotos.
Besos.
A veces los veranos no son tan relajantes como esperamos al tener más tiempo para pensar nos atormenta la angustia del regreso.Un abrazo. Irune
Aunque llegue con retraso te cuento la solución para móvil en el wc:
Lo primero que estropea el móvil es el cortocircuito que genera la batería al mojarse, lo segundo es, por supuesto, el agua en la máquina.
Entonces, lo primerísimo es sacar la batería del móvil. ¡Inmediatamente!!!
Lo segundo es quitar el agua que haya entrado en el aparato, si eres rápida puedes evitar que entre demasiada agua. Lo siguiente es secarlo con un paño y sumergirlo en un recipiente con arroz, este se encargará de absorber la humedad que haya podido entrar, dejarlo ahí 12 horas o más.
El mío se cayó a una taza de cola-cao hace dos años y sigue funcionando a la perfección.
Por lo demás, no hay mal que cien años dure. Ánimo, nosotras también empezaremos a tope el día 8.
Besarkada handi-handia.
Pues tienes una sonrisa que contagia.
Me alegra saber de ti. Saludos.
Está claro. El próximo móvil ha de ser resistente al agua.
Ya hay eh...
Necesitas un verano enterito para ti.
Ya te toca.
Besos.
Bueno, has tenido un verano de todo. No lo has vivido como un verano descansado, pero seguro que cobrarás fuerzas para el nuevo curso. Adelante con él.
Y lo de móvil es más frecuente de lo que te parece...
Un beso, comenzamos. Yo también regreso.
RO:
Ya sabemos cómo va esto de la vida...
Buen comienzo!
Y gracias, guapa!
Besos!
;)
IRUNE:
Pues así es...
Eskerrik asko!
Muxuak!
;)
ISHTAR:
Polite!
Martxan gaude!
Lo del móvil, lo hice y ná de ná... Ando con uno prestado y ya iré mirando uno nuevo en cuanto pueda, ay!
Animo eta gogor hasi!
Muxutxuak pitufineei!
;)
MÁXIMO:
Solo espero que mi sonrisa no se pierda nunca....
Eskerrik asko!
Muxuak!
;)
TORO:
La verda es que ya me tocaba hace tiempo, pero parece que todavía he de esperar....
Gracias!
Petons!
:)
PEDRO:
Y volver, volver, volverrrrr....
Pues sí, unos viene y van, vuelven, y otros no nos hemos ido!
En fin, c'est la vie!
Ando leyéndote desde tu vuelta, a ver si saco un ratillo para comentar algo...
Pero estoy tranquila por ti, las pilas las tienes bien recargadas por lo que estoy viendo en tus entradas de estos días...
Buen comienzo de curso!
Besos!
;)
Hay que seguir, no hay otra...Yo soy de las que no lo he pasado bien este verano, ya vendrán otros veranos mejores, espero.
Besos y buen comienzo de curso. yo empiezo mañana y estoy nerviosa...
MARÍA:
Sí, hay que seguir caminando, no hay otra!
Siento que tú también hayas pasado mal verano...
Espero que hoy te haya ido bien, yo ya llevo una semana con chavales.
Suerte!
Besos!
;)
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