Cuando dejo que los
dedos recorran las teclas
de este espacio virginal
para mis sentimientos,
algo dentro de mí
bulle
y lucha por salir
sin miedo,
sin freno.
Es la hora de la
verdad,
la del corazón en la
mano y las verdades en la boca.
Y es entonces cuando
la niña que me habita
sale de la mano de
la mujer que me vive día a día.
Una sonríe y la otra
llora.
No pueden separarse,
se necesitan.
Una es el día, la
que sucumbe ante la noche.
La otra es la noche,
la que da paso al día.
La niña sin la
mujer,
no sería.
La mujer sin la
niña,
moriría.
Foto:
Aitor. Texto: Edurne
8 comentarios:
El texto es precioso.
Besos.
Te entiendo, tuve un proceso interno destructivo y solo me ayudó a salir de él, reencontrarme con la niña que fui y volver a ser quien era de su mano.
Besos
Necesariamente complementarias, sin duda.
Besos.
RO:
Gracias, profe!
Un besote!
;)
BLANCA:
Yo nunca he soltado a mi niña,nunca, y gracias a ella sobrevivo.
Un beso enorme.
;)
PEDRO:
Totalmente necesarias y complementarias.
Un beso.
;)
Complemente necesario para vivir. Un abrazo
"Es la hora de la verdad,
la del corazón en la mano y las verdades en la boca".
Tienes un momento muy productivo, pero estoy deseando que de paso a otro tiempo, aunque sea más silencioso.
Besos.
Lucha, Edurne. Y sigue con tu parte de niña, es lo mejor que tienes, que tenemos.
ANTORELO:
Completamente!
Un abrazo.
;)
PACO:
Gracias por tus ánimos, siempre, amigo Paco!
Yo también espero a que lleguen nuevos tiempos, aunque sean más silenciosos...
Un abrazo enorme.
;)
ABEJITA.
Siempre en la brecha, luchando, no lo dudes. Y siempre con mi niña de la mano.
Un beso grande!
;)
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