viernes, 1 de abril de 2016

DESDE MADRID CON AMOR (Crónicas del Foro LXIV) Retomando la rutina croniquera.


¡Mírala, mírala, mírala... 
La Puerta de Alcalá. 
Ahí está, 
ahí está, 
viendo pasar el tiempo... 
La Puerta de Alcalá!

Pues sí, ahí está, como siempre, viendo cómo pasan unos y otros, testigo impertérrito de tantos y tantos sucesos.



Madrid, El Foro, sigue en su sitio, y aunque yo lleve un año sin escribir y mandar al éter Crónica forera alguna, ir por Madrid, he ido, y mucho, mucho, mucho… Mis circunstancias han sido distintas, pero ahora ya vamos recuperando posiciones.





Y por esa razón me he dicho: “¡Venga, Edurne, date un capricho y escribe unas Crónicas del Foro, aunque sean cortitas…!” Así que aquí me tienen ustedes, lista para hacer una recapitulación de lo último de mis paseos por la Capi, de lo anterior ya no merece la pena hacer reporte.



La Semana Santa en marzo tiene un inconveniente, que todavía hace bastante frío. Lo bueno, en cualquiera de los dos casos, en marzo o en abril, es que si tienes suerte y te libras de la lluvia, puedes aprovechar bastante bien el tiempo de asueto.





Hubo, hubo suerte, solo llovió el lunes de Pascua a la mañana, al mediodía… El sol lució por lo general espléndido, y la temperatura fue bastante benévola con nosotros, así que los paseos se prodigaron. Paseos tranquilos, que no está el horno para bollos, pero de disfrutar.



El Retiro sigue acogiendo a todo aquel que quiera perderse un rato entre árboles y gentío de toda clase y condición. La primavera ya está asomando el morrito, y eso se nota en las ganas de callejear, de sentarse en las terrazas de los bares y restaurantes, simplemente por solazarse, por dejarse ver y por curiosear…








De exposiciones y asuntos culturales, ahora les cuento.

En la Fundación Juan March, están con una buenísima exposición titulada “LO NUNCA VISTO, de la Pintura Informalista al Fotolibro de Postguerra (1945-1965)”. Realmente merece la pena. Pienso volver en cuanto pueda, y es que hasta el 5 de junio estará visible. Además es gratuita. No se la pierdan si es que pueden acercarse hasta allí.






En La Biblioteca Nacional, y aprovechando el cuarto centenario de la muerte de Cervantes, hay una muy buena exposición acerca del hombre y del mito. También la recomiendo encarecidamente. MIGUEL de CERVANTES: de la vida al mito (1616-2016).












En La Casa de América, como reclamo, nos recordaban que El Inca Garcilaso de la Vega, 400 años después  también cumplía centenario. Para ello lo celebraban con una exposición: “El Inca Garcilaso y el nacimiento de la Cultura Mestiza en América”, y diversas charlas y conferencias. Como es un personaje que, a mi entender, siempre ha ido a remolque, no por sus pocos méritos, de los “grandes”, pues tenía yo interés en ver lo que allí había expuesto. ¡Oh, decepción! La exposición consistía en unos paneles informativos acerca de su vida y obra, y de la cultura mestiza en las Américas… Me entró una gran tristeza, la verdad, porque todo estaba concentrado en un pasillo en la parte baja, no había nadie, solo una guarda jurado con un ordenador. Solitude. Y en el jardín de García Márquez, una pareja de japoneses sacando fotos a todo lo que se movía y a lo que no. Dentro, todo preparado para ese evento multitudinario del 80 cumpleaños del Noble Vargas Llosa, acompañado por su nueva y acartonada pareja, la socialite, Isabel Preysler.










La Real Academias de Bellas Artes de San Fernando, sita en la calle de Alcalá, alberga muchos tesoros. A mas de las exposiciones temporales, el Museo de la Academia propiamente dicho es una joyita, ya les digo. Este tipo de museos, de tanto abolengo, me gustan porque es como respirar la atmósfera de otros siglos, como oír los pasos de artistas tan geniales que por allí pasaron. También recomiendo una visita a esta Real Pinacoteca.















¿Y si nos marcamos un cine? Una película dura pero magistralmente interpretada, más que nada por el niño protagonista, “La habitación / The Room”. Basada en hechos reales, nos muestra con toda dureza la adaptación de una madre y un hijo a un cautiverio que tuvo su inicio con el secuestro de la madre siendo adolescente. La criatura no ha conocido más mundo que los escasos metros de una caseta de jardín, insonorizada y herméticamente cerrada… La verdad es que se te ponen los pelos como escarpias, pero no me arrepiento de haberla visto, a pesar de que no siempre son estos temas los más indicados para según qué situaciones anímicas…



Los autobuses me dan tiempo extra, el  que no tengo en circunstancias normales, para poder leer, aunque a veces prefiero oír música, mirar por la ventanilla o visionar alguna película. El caso es que en esta ocasión he estado leona.



Terminé “Picnic en Hanging Rock” de Joan Lindsay, y que me ha tenido enganchada. Misterio…



Volví a leer “Una historia crepuscular”, de mi querido Stefan Zweig, una historia cortita acerca del despertar a la vida y al amor de un adolescente. En cualquier caso, la prosa de Zweig siempre es bienvenida.



Y he empezado “La tía Mame”, de Patrick Dennis, una descacharrante historia llena de gracia, ternura y aventuras alocadas. No viene nada mal como paréntesis entre tanta pena, ¡caramba!



El lunes próximo, vuelvo a clase otra vez para encarar el tercer trimestre con el mejor ánimo  que puedo, que mucho no es, les digo sinceramente, yo no me encuentro en mis mejores momentos y todo me cuesta mucho más, pero…



Prometí brevedad, y creo que he cumplido. Espero volver a orillear dentro de poco y a explayarme más. ¡Ojalá!



Mientras tanto, ¡Feliz Primavera! y ¡Feliz Otoño!, dependiendo del hemisferio desde el que se acerquen a chapotear…




Fotos: Antonio y Edurne. Cartel película: Internet. Escaneado folletos y Texto: Edurne

3 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Una maravillosa crónica llena de cosas. Cómo he disfrutado. Madrid comienza uno de esos momentos del año en los que es más que recomendable visitarla.
Besos.

Myriam dijo...

¡Eso, eso a tomar posiciones!, magnífica crónica y genial que estés de regreso, me alegro un montón y por lo demás, ánimo, fuerza y padelante.

Besos

Edurne dijo...

PEDRO, MYRIAM:
¡Gracias a los dos por acompañarme en este paseo madrileño!

Los paseos urbanos son una delicia. Da lo mismo que sea invierno, primavera,otoño o verano... las baldosas de las calles nos reconocen y aplauden a nuestro paso, ¡jejejeje! Y hay tantas cosas hermosas de las que disfrutar en cualquier vuelta de esquina...

Un abrazo y besos.
;)