













Corría el año de gracia de 2010, el mes de septiembre, el día 25, a la sazón, sábado sabadete…
Y mientras en mi Botxo la lluvia arreciaba, el viento ululaba… en mi otra casa de adopción, en el Foro, el sol se paseaba orgulloso por el cielo de Madrid.
Y allá que íbamos a la caza y captura de alguna exposición, de una en concreto, la del Caixa Forum sobre Lorca y Dalí y La Residencia de Estudiantes. También había otras allí mismo, una sobre Fellini y su particular mundo onírico, muy curiosa; y otra de fotografías gigantes acerca de los niños en el mundo. Pero sobre la que nos interesaba más, diré que es una de esas exposiciones en las que más bien proliferan las cosas menudas (cartas, detalles pequeños como recuerdos, libros, ediciones de revistas especializadas de la época, postales…). También había algún que otro cuadro al óleo de Dalí, de otros contemporáneos. Muchos dibujos de Federico, del propio Dalí, y un amplio anecdotario con el que se puede recorrer la vida de estos artistas-“niños bien” en una España previa a los años más crueles y oscuros.
Y me da por pensar que teniendo talento y dinero, sin preocupaciones especialmente alarmantes… cualquiera podría haber llegado a ser considerado “genio” o cuando menos, excepcional.
Soy admiradora de García Lorca, no tanto de salvador Dalí, y es que el Surrealismo me… ¿cómo diría yo? Me aburre un poco, me parece como una gran pataleta para provocar la atención de los otros. No sé si me explico, y eso que hay surrealistas que me encantan, Magritte, por ejemplo, aunque también me inquietan.
Estas exposiciones son de recorrer lento, de leer las cartas allí expuestas, las curiosidades, de admirar las aptitudes para tal o cual arte del o de los allí homenajeado-s, y que tú, hasta ese momento desconocías… Son exposiciones “de riñones”, como digo yo, es decir, ¡de terminar con un mayúsculo dolor de riñones!
Y luego las fotos y los paseos. La Cuesta de Moyano me vio pasar casi de corrido, esta vez llevaba las manos atadas para no comprar más libros (llevaba tres que había comprado en el Caixa Forum: Lorca para niños, con el que he empezado a trabajar en clase, uno sobre Las Vanguardias del siglo XX, para regalarle a mi hermano, y otro de Sonetos de García Lorca, para mi propio disfrute). Tocaba entonces acercarse a ver in situ algo nuevo: un mercadillo de antigüedades, de almonedas, en plena calle. La zona, el marco, una gozada: la zona de Huertas, el Barrio de Las Letras. Primer año que se celebraba tal evento, y por lo visto, calibrando la afluencia de personal, un éxito. Ahora bien, desconozco el nivel de ventas, porque, comprar allí es algo escandaloso. Yo misma estuve tentada con unas marionetas bastante antiguas, pero... oh, cielos, imposible el precio, ¡casi 100 euros cada una!
Así que hubo que conformarse con foto va y foto viene (algunas de las que ahora comparto con ustedes), y con disfrutar del paseo anticuario. También había ambientación musical y alguna exposición-montaje en lugares un tanto extraños o “underground”. Bueno, que estuvo bien la visita. Y de allí, por el barrio de Lavapiés, admirando un poco de lo castizo, de lo que es ahora casi marginal, el paisaje y paisanaje, como yo digo. Ya de vuelta, subida por la calle de Atocha y hacia casa. Era la hora de comer, aunque antes nos tomamos una cervecita con un aperitivo, para entonar el estómago, que ya estaba reclamando algo con que entretenerse.
Y a la noche un cine. Parece que la intriga nos tenía comidos por dentro, teníamos que comprobar por nosotros mismos si la tan traída y llevada película acerca de Lope (Lope de Vega), "LOPE" merecía los honores y críticas que le hacían… Sé, porque lo he leído por ahí, que a algunos les ha entusiasmado, pero a mí, que nunca me entran las ganas de dormir en el cine… me dejó indiferente y algo somnolienta. En la segunda parte me espabilé un poco, pero me quedé con esa sensación de “poco creíble”. Es evidente que fallaba el guión, que los actores, aunque algunos buenos (pongamos un Luis Tosar, un Juan Diego) estaban enfundados en unos personajes que no, que no me parece a mí que fueran para ellos, y además hacían de secundarios. Eso sí, hubo pasajes poéticos, lo digo por lo que todos esperábamos, el escuchar algunos de los poemas más renombrados de don Lope: “Un soneto me manda hacer Violante…”, ”…¡Esto es amor! Quien lo probó, lo sabe”. Pues sí, eso fue lo mejor, para mí al menos. Y bueno, el vestuario, porque la ambientación… Cuando sitúan al protagonista con su Isabel de Urbina, llegando a Lisboa… nos “regalan” una playa con olitas… y oigan, el Tajo, no es mar, es un río, eso sí, anchísimo en esos lares, ¡pero sin playa ni oleaje alguno! Y la Torre de Belem… en fin, ¡ mejor lo dejamos!
Sí, lo sé, dirán que soy una tiquismiquis, pero… esas cosas me indignan, ¡qué le vamos a hacer!
Y ya puestos, podemos hablar un poco de lectura, ¿les parece?
Ya saben que yo leo mucho, y en mis viajes a Madrid, en el bus, tengo tiempo más que de sobra. Llevaba yo empezado el libro de Jane Austen “Persuasión”, y así, como quien no quiere la cosa, me lo terminé en el trayecto de ida. Nunca había leído a esta mujer, aunque sí he visto alguna de las adaptaciones cinematográficas que se han hecho de sus obras, y sí, esos temas, así en rollo de película, me gustan (romántica que es una), pero leerlos… Confieso que me costó avanzar. Iba por la página 60 y todavía estaba desmarañando la avalancha de personajes que se me venían encima, que si Mrs. Tal, que si Miss Cual, baronets, lords y ladys, ¡y qué sé yo..! Pero me puse muy seria conmigo misma, y para el momento del viaje, ya estaba yo motivada y picada con la lectura. Terminé la historia poco antes de llegar al Intercambiador de la Avenida América. Para la vuelta, escogí un libro de Milena Agus, imagino que si alguno de ustedes, se quedan con ciertas recomendaciones mías, me habrán oído hablar de ella, al menos en un par de ocasiones: una escritora sarda, profesora ella, pero que ha irrumpido en el mundo de las letras con bastante buen pie. En esta ocasión el título era “Mientras duerme el tiburón”. Sigue la Agus, explotando y explorando el universo sardo, del que bebe directamente al ser sus raíces de la isla. Un mundo un tanto especial, que se teje o entreteje con muchas de las cuestiones vitales que nos acucian a la mayoría de los mortales, seamos o no sardos, ¡por supuesto!
Y como el viaje duró una hora y media más de lo previsto, a cuenta de las obras de mejora que están llevando a cabo por la zona de Lerma, y que desesperan a cualquiera… pues, eso, que lo empecé y lo terminé antes de llegar a Bilbao.
Recomiendo las dos lecturas, así como los Sonetos de Lorca y el librito, delicioso, de poemas lorquianos para niños, con dibujos del poeta…
Y nada, que termina septiembre, que mañana empieza octubre y que nos estamos metiendo de lleno en la zona oscura del calendario. Paciencia, ánimo y fortaleza de espíritu para transitar por ella lo mejor posible.
¡Y que ustedes lo vean!
Fotos: Antonio y Edurne Postales: dibujos de García Lorca e instantáneas de los amigos, portadas pelis de Fellini: compradas en Caixa Forum Imágenes de Fellini: de Internet Cartel película "Lope": Internet
Y mientras en mi Botxo la lluvia arreciaba, el viento ululaba… en mi otra casa de adopción, en el Foro, el sol se paseaba orgulloso por el cielo de Madrid.
Y allá que íbamos a la caza y captura de alguna exposición, de una en concreto, la del Caixa Forum sobre Lorca y Dalí y La Residencia de Estudiantes. También había otras allí mismo, una sobre Fellini y su particular mundo onírico, muy curiosa; y otra de fotografías gigantes acerca de los niños en el mundo. Pero sobre la que nos interesaba más, diré que es una de esas exposiciones en las que más bien proliferan las cosas menudas (cartas, detalles pequeños como recuerdos, libros, ediciones de revistas especializadas de la época, postales…). También había algún que otro cuadro al óleo de Dalí, de otros contemporáneos. Muchos dibujos de Federico, del propio Dalí, y un amplio anecdotario con el que se puede recorrer la vida de estos artistas-“niños bien” en una España previa a los años más crueles y oscuros.
Y me da por pensar que teniendo talento y dinero, sin preocupaciones especialmente alarmantes… cualquiera podría haber llegado a ser considerado “genio” o cuando menos, excepcional.
Soy admiradora de García Lorca, no tanto de salvador Dalí, y es que el Surrealismo me… ¿cómo diría yo? Me aburre un poco, me parece como una gran pataleta para provocar la atención de los otros. No sé si me explico, y eso que hay surrealistas que me encantan, Magritte, por ejemplo, aunque también me inquietan.
Estas exposiciones son de recorrer lento, de leer las cartas allí expuestas, las curiosidades, de admirar las aptitudes para tal o cual arte del o de los allí homenajeado-s, y que tú, hasta ese momento desconocías… Son exposiciones “de riñones”, como digo yo, es decir, ¡de terminar con un mayúsculo dolor de riñones!
Y luego las fotos y los paseos. La Cuesta de Moyano me vio pasar casi de corrido, esta vez llevaba las manos atadas para no comprar más libros (llevaba tres que había comprado en el Caixa Forum: Lorca para niños, con el que he empezado a trabajar en clase, uno sobre Las Vanguardias del siglo XX, para regalarle a mi hermano, y otro de Sonetos de García Lorca, para mi propio disfrute). Tocaba entonces acercarse a ver in situ algo nuevo: un mercadillo de antigüedades, de almonedas, en plena calle. La zona, el marco, una gozada: la zona de Huertas, el Barrio de Las Letras. Primer año que se celebraba tal evento, y por lo visto, calibrando la afluencia de personal, un éxito. Ahora bien, desconozco el nivel de ventas, porque, comprar allí es algo escandaloso. Yo misma estuve tentada con unas marionetas bastante antiguas, pero... oh, cielos, imposible el precio, ¡casi 100 euros cada una!
Así que hubo que conformarse con foto va y foto viene (algunas de las que ahora comparto con ustedes), y con disfrutar del paseo anticuario. También había ambientación musical y alguna exposición-montaje en lugares un tanto extraños o “underground”. Bueno, que estuvo bien la visita. Y de allí, por el barrio de Lavapiés, admirando un poco de lo castizo, de lo que es ahora casi marginal, el paisaje y paisanaje, como yo digo. Ya de vuelta, subida por la calle de Atocha y hacia casa. Era la hora de comer, aunque antes nos tomamos una cervecita con un aperitivo, para entonar el estómago, que ya estaba reclamando algo con que entretenerse.
Y a la noche un cine. Parece que la intriga nos tenía comidos por dentro, teníamos que comprobar por nosotros mismos si la tan traída y llevada película acerca de Lope (Lope de Vega), "LOPE" merecía los honores y críticas que le hacían… Sé, porque lo he leído por ahí, que a algunos les ha entusiasmado, pero a mí, que nunca me entran las ganas de dormir en el cine… me dejó indiferente y algo somnolienta. En la segunda parte me espabilé un poco, pero me quedé con esa sensación de “poco creíble”. Es evidente que fallaba el guión, que los actores, aunque algunos buenos (pongamos un Luis Tosar, un Juan Diego) estaban enfundados en unos personajes que no, que no me parece a mí que fueran para ellos, y además hacían de secundarios. Eso sí, hubo pasajes poéticos, lo digo por lo que todos esperábamos, el escuchar algunos de los poemas más renombrados de don Lope: “Un soneto me manda hacer Violante…”, ”…¡Esto es amor! Quien lo probó, lo sabe”. Pues sí, eso fue lo mejor, para mí al menos. Y bueno, el vestuario, porque la ambientación… Cuando sitúan al protagonista con su Isabel de Urbina, llegando a Lisboa… nos “regalan” una playa con olitas… y oigan, el Tajo, no es mar, es un río, eso sí, anchísimo en esos lares, ¡pero sin playa ni oleaje alguno! Y la Torre de Belem… en fin, ¡ mejor lo dejamos!
Sí, lo sé, dirán que soy una tiquismiquis, pero… esas cosas me indignan, ¡qué le vamos a hacer!
Y ya puestos, podemos hablar un poco de lectura, ¿les parece?
Ya saben que yo leo mucho, y en mis viajes a Madrid, en el bus, tengo tiempo más que de sobra. Llevaba yo empezado el libro de Jane Austen “Persuasión”, y así, como quien no quiere la cosa, me lo terminé en el trayecto de ida. Nunca había leído a esta mujer, aunque sí he visto alguna de las adaptaciones cinematográficas que se han hecho de sus obras, y sí, esos temas, así en rollo de película, me gustan (romántica que es una), pero leerlos… Confieso que me costó avanzar. Iba por la página 60 y todavía estaba desmarañando la avalancha de personajes que se me venían encima, que si Mrs. Tal, que si Miss Cual, baronets, lords y ladys, ¡y qué sé yo..! Pero me puse muy seria conmigo misma, y para el momento del viaje, ya estaba yo motivada y picada con la lectura. Terminé la historia poco antes de llegar al Intercambiador de la Avenida América. Para la vuelta, escogí un libro de Milena Agus, imagino que si alguno de ustedes, se quedan con ciertas recomendaciones mías, me habrán oído hablar de ella, al menos en un par de ocasiones: una escritora sarda, profesora ella, pero que ha irrumpido en el mundo de las letras con bastante buen pie. En esta ocasión el título era “Mientras duerme el tiburón”. Sigue la Agus, explotando y explorando el universo sardo, del que bebe directamente al ser sus raíces de la isla. Un mundo un tanto especial, que se teje o entreteje con muchas de las cuestiones vitales que nos acucian a la mayoría de los mortales, seamos o no sardos, ¡por supuesto!
Y como el viaje duró una hora y media más de lo previsto, a cuenta de las obras de mejora que están llevando a cabo por la zona de Lerma, y que desesperan a cualquiera… pues, eso, que lo empecé y lo terminé antes de llegar a Bilbao.
Recomiendo las dos lecturas, así como los Sonetos de Lorca y el librito, delicioso, de poemas lorquianos para niños, con dibujos del poeta…
Y nada, que termina septiembre, que mañana empieza octubre y que nos estamos metiendo de lleno en la zona oscura del calendario. Paciencia, ánimo y fortaleza de espíritu para transitar por ella lo mejor posible.
¡Y que ustedes lo vean!
Fotos: Antonio y Edurne Postales: dibujos de García Lorca e instantáneas de los amigos, portadas pelis de Fellini: compradas en Caixa Forum Imágenes de Fellini: de Internet Cartel película "Lope": Internet