martes, 31 de diciembre de 2024

LAS UVAS DE LA IRA (sic.)

 


Siempre puede ser peor, sí. ¡Y estas uvas, aunque parezca que últimamente siempre diga lo mismo... sí que son las uvas de la ira! 

Este año ha sido horrible, terrible: el empeoramiento a pasos agigantados de la situación de mi madre, y por consiguiente la de mi hermano y la mía, el fallecimiento de Antonio... Sí, todo puede ser peor todavía.

No iba a escribir nada este año, pero, al igual que la semana pasada, tarde, pero aquí estoy.

Compré las uvas más bien por adorno porque no creo que podamos hacer nada, y bueno, porque, quieras que no, un toque de normalidad ya dan.

No sé ni qué decir, ni qué pensar, ni qué hacer. Lloro, eso sí, lloro mucho, mucho, muchísimo, por las esquinas, cuando voy a terapia cada dos semanas, delante del espejo mientras me lavo los dientes, aunque no quiero ni mirarme, ya no reconozco a esa que me mira.

Y tampoco quiero dar lástima. Para nada. 

Así que... URTE BERRI ON! ¡FELIZ AÑO NUEVO! y que éste nos sea más benévolo, que tenga un poco de compasión, de piedad, de caridad humana, no sé... que ya son demasiados años in crescendo en esto del derrumbe vital.

Txin txin por todos ustedes también, porque sus vidas caminen por veredas menos retorcidas que las mías.

PAZ, SALUD, AMOR...

Y las gracias siempre. Eskerrik asko!


Uvas: De la cocina de mi amatxu. Lo demás: de mis entrañas.


miércoles, 25 de diciembre de 2024

PRIMERA VEZ QUE FALLO A MI CITA

 


Desde que este blog está en activo, allá por marzo del 2007, es la primera vez que fallo a mi cita navideña, a la de felicitar las Pascuas al personal...

Lo siento, no está el horno para bollos que se dice, pero más que nada es que no hay ni minutos para sentarme y poner cuatro líneas impregnadas de espíritu navideño. No hay tiempo y no hay ánimo. Cero. Nada de nada.

El año está siendo horrible, de lo peor, que se vaya ya, que se largue, que ni mire atrás, que nos deje en paz...

El empeoramiento de mi ama y el consiguiente deterioro de nuestra salud y calidad de vida, el fallecimiento de mi pareja, Antonio, en abril, el mundo...

Todo da miedo, mucho miedo, pánico diría yo.

Son fechas muy malas para estar alegres en situaciones como la mía.

Estoy muy blanda, lloro a la mínima. Pero hoy, por ejemplo, ha sido un día con sorpresa. Todo iba muy mal, además con muchísimos dolores, casi no podía ni andar... cuando mi hermano me ha subido del buzón una postal navideña sin sobre y con una pinza (de las de la ropa, de madera) con mi nombre y una sonrisa dibujada... Eso es lo que yo hacía con tod@s mis alumn@s cuando los dejaba en la rampa de salida para volar al insti, les hacía unas postalitas, les ponía algo y las sujetaba con una pinza con su nombre y el curso... Sé, me consta que much@s todavía tienen la pinza.

Pues hoy me han hecho un inmenso regalo: han llenado mi corazón de cariño. Y he llorado largo y tendido, no he podido comer tranquila. Pero estoy feliz.


Y dentro...


Hace 24 años era así:


Un grupo muy bueno, hay muy buen@s profesionales ahí, much@s...
me siento más que orgullosa.
Hoy estoy un poquito feliz.

Que su Navidad sea tranquila y llena de amor, que no falte la salud, y que la paz venga por fin a nuestras vidas, más que nada a las de quien realmente la necesitan.

EGUBERRI ON! ¡FELIZ NAVIDAD!

Y voy a poner esta foto navideña en Navacerrada, hace unos años, de Antonio y mía, no sé, porque me da la sensación de que lo traigo un poco a la vida de esta forma, de que se asoma para sonreírnos y desearnos Feliz Navidad...




Y GRACIAS POR ESTAR AHÍ.
ESKERRIK ASKO!

Fotos: De mi archivo personal. Sentimientos: Del fondo de mi corazón.


sábado, 7 de diciembre de 2024

UNA CIFRA IMPORTANTE: 65

 


Hoy es 7 de diciembre de 2024. Hoy hace 65 años que llegué a este mundo. Era lunes y llovía (alguien diría aquello de que en Bilbao siempre llueve...).

Mi vida ya no es mi vida. Están pasando muchas cosas, demasiadas, en estos últimos 15 años, demasiados años también.

Y este año está siendo terrorífico. La situación de mi ama va empeorando de día en día y ya se está haciendo insostenible. No sé cómo vamos a terminar, ni ella ni nosotros dos. La tristeza es inmensa, la impotencia, total, el amor, infinito, y el sufrimiento...

Mi vida ya no es mi vida. Antonio, mi pareja de los últimos 21 años, me dejó sola, falleció el 23 de abril. Su corazón ya no pudo más y se paró. Todavía estoy intentando digerirlo. Estoy haciendo un duelo muy extraño, se me está solapando con toda esta situación de casa. Ser cuidadora 24/7 de una persona gran dependiente es... Te destruye, por dentro y por fuera. Físicamente tu cuerpo ya no te pertenece casi. Enfermas. Pero sigues adelante, llorando de dolor, pero sigues. No queda otra. Y emocionalmente, también te destruye. 

Menos mal que tengo a Aitor, mi hermano, que nos tenemos, que somos un equipo, una piña. Nos necesitamos y nos apoyamos mutuamente. No sé qué sería de mí sin él. Es el mejor regalo que me hicieron mis padres. Les estoy eternamente agradecida por ello.

Mi otro apoyo ya no está y lo echo de menos constantemente. Me siento coja, manca, tuerta, no sé... amputada. 

Por eso hoy digo que llego a estos 65 muy triste, muy agotada. Una fecha importante. Ya estás enfilando el camino de bajada bastante deprisa y con lo que tienes alrededor piensas mucho en ti, en tu final, en cómo y cuándo será... Y les juro que no quiero pensar en ello pero es inevitable. Y tengo mucho miedo a este futuro totalmente incierto.

Y el caso es que sentarme al ordenador y escribir estas líneas me están aliviando un poco la angustia (se lo tengo que comentar a mi psicóloga, se pondrá contenta), porque es que ya no puedo escribir ni leer (y eso me hace sufrir mucho), no tengo tiempo para nada y si me siento un momento, solo un momento, mi cerebro se desconecta y zas... me duermo en los sitios más extraños, de verdad. Cinco, diez minutos pero me quedo como un fundido en negro.

Sé que no soy única, faltaría más, no voy de víctima. Cuento lo que me pasa porque necesito sacarlo, lanzarlo al mar, como un mensaje de naúfrago. SOS. ¿Hay alguien ahí?

Hoy cumplo. Creo que voy a abrazarme un rato largo. Muy fuerte. Y también creo que voy a llorar sin sentirme mal (lloro mucho, mucho, mucho...)

Gracias por seguir pasando por esta orillita que anda tan triste y solitaria. ¿Qué me deparará este nuevo año? Lo ignoro, pero lo pienso constantemente. Dejemos que la vida vaya colocando las piezas en su sitio, al final podremos ver el resultado.

ZORIONAK, Edurnita, eta gogoratu aitatxok esaten zuena:

GORA BIHOTZAK! 

Siempre en mi corazón.
Hay que enfrentar la vida con una sonrisa, aunque sea una pose,  para espantar al miedo.


Texto de desahogo: Edurne. Fotos: Las dos sacadas por Amparo.